Hacia dónde irá la nueva economía, cómo puede afectar al trabajo y a los trabajadores, cuáles son los límites de la IA o la ética y la legalidad son algunas de las preguntas a las que se ha tratado de dar respuesta en el Foro de Inteligencia Artificial, que ha tenido lugar el miércoles 31 de enero en la sede del diario La Razón.
La jornada ha contado con dos mesas redondas estructuradas en torno a dos paneles diferentes, uno sobre empresas, bajo el título “Trabajando con la IA: El reto de empresas y personas”, moderada por Arantxa Herranz (responsable de Tecnología de La Razón), y otro sobre la Administración Pública, titulado “¿Modernización o cautela? Las AAPP ante la IA”, que ha estado moderada por José Lugo, delegado de La Razón en Andalucía.
Ambas mesas han estado precedidas por las palabras de bienvenida de Francisco Marhuenda, director de la La Razón, y por la introducción de la jornada, a cargo del economista Daniel La Calle.
Marhuenda ha destacado que la realidad, nuevamente, ha superado a la ficción de lo que los cómics de ciencia ficción de décadas atrás pensaban que podría llegar a hacer esta tecnología. “Yo utilizo la IA”, reconocía, asegurando que, en sus labores como profesor, este tipo de tecnologías actúan como un ayudante. “La IA ha llegado, es útil y hay que saber utilizarla”, reflexionaba.
Por su parte, Daniel La Calle ha querido desterrar la visión más catastrofista de la IA. “La tecnología nunca ha destruido empleo: desplaza competencias, y ha creado mucho empleo y productividad”, aseguraba, y ha añadido que la IA trabaja y aprende “con nosotros y de nosotros”, por lo que “no es una sustitución, sino un complemento”.
El COGITI ha estado representado en la primera mesa redonda con la participación de Rafael Monteagudo Tórtola, secretario del Colegio de Graduados e Ingenieros Técnicos Industriales de Madrid (COGITIM), quien ha señalado que “esta tecnología va a aportar herramientas para ser más productivos, y al mismo tiempo tener un mayor rendimiento intelectual”. En el caso concreto de la industria, “va a permitir optimizar procesos industriales y realizar mantenimientos predictivos. También nos permitirá analizar patrones”, destacó.
En su opinión, vamos a avanzar mucho en poco tiempo y, sobre todo, no debemos pensar que la IA va a sustituir a las personas. En relación al marco regulatorio, expresó que una regulación general es buena, pero ha de estar basada en los derechos humanos, y son los profesionales liberales los que tienen que poner ese marco y esos límites. Asimismo, puso el énfasis en el peligro de la manipulación a la que estamos expuestos en la actualidad, y por ello hay que tener un espíritu crítico y tener cuidado para no dejarnos engañar con lo que se puede crear a través de la IA.
De igual modo, se mostraba “preocupado por la capacidad de persuasión” de estas herramientas e incluso veía la posibilidad de que, en un futuro, haya gente dependiente de ellas hasta el punto de tomar las decisiones que le afectan directamente en función de lo que le diga ChatGPT, perdiendo así su capacidad de decisión.
En la mesa intervinieron también Sergio Gordillo, socio director de Improven; Segundo Píriz, rector de UNIE Universidad; Sandra de Lucas, Head Digital os Aribus España, y Víctor Pérez, CEO de Adiss Informática.
En relación a la regulación de la IA, Sergio Gordillo, señalaba la “complejidad competitiva” que estas leyes pueden provocar en el tejido empresarial español cuando estas mismas normas no se exigen para los productos y servicios que se importan de terceros países. “Ojo con el exceso de regulación, porque competimos en un entorno global”, advertía.
Por su parte, Víctor Pérez Martín secundaba esta idea: “Regular algo que está totalmente implementado es complejo, sobre todo por lo de poner límites y puertas al campo”, y recordaba que la IA forma parte de nuestro día a día en la gestión de tareas como el tráfico.
En este punto, Segundo Píriz remarcaba la importancia del papel de las instituciones educativas, no solo en la formación de profesionales que sepan manejar estas herramientas, sino en hacerlo con una visión crítica y filosófica. En este sentido, indicó que “tenemos que enseñar a los alumnos a que piensen, para que no sean manipulables”, a lo que añadía que la IA también puede ayudar a reducir el abandono escolar, quedándose con la parte positiva de la IA.
Sandra de Lucas explicó cómo se está utilizando la IA en diferentes ámbitos, en el entorno de su empresa; aunque de momento están en la fase piloto, se pretende evaluar, en cada parte del proceso de negocio, qué modelo de IA puede encajar mejor para cada una de sus necesidades.
Todos los ponentes hicieron un repaso de algunos de los riesgos que puede llevar consigo la utilización de la IA, pero se mostraron positivos con respecto al uso y las posibilidades que esta herramienta va a conllevar.
En general, todos ellos subrayaron que “el mayor riesgo de la IA es perder el tren de esta nueva tecnología”, y vaticinaron que nos desarrollaremos más como humanos, “ya que nuestras capacidades y habilidades van aumentar”, tal y como afirmó Segundo Píriz.
Source: COGITI